Depresión
La depresión es un trastorno emocional mantenido en el tiempo que se caracteriza por diferentes síntomas a diferentes niveles: emocional, conductual, cognitivo y somático.
Los síntomas más habituales son el decaimiento, la falta de interés por las cosas, la dificultad para disfrutar de las actividades o de las relaciones sociales, la dificultad para actuar y tomar decisiones y el insomnio. La tristeza suele ser un síntoma característico, pero cuando la depresión es más grave o está más avanzada la persona puede llegar a sentirse desconectada de sus sentimientos, como emocionalmente muerta. Además, estos síntomas se ven acompañados de pensamientos negativos sobre uno mismo, el mundo y el futuro. En ocasiones, ciertos síntomas somáticos pueden estar enmascarando una depresión.
El origen de la depresión es multifactorial. En cuanto a los factores psicológicos, hay ocasiones en que encontramos desencadenantes muy claros tales como el estrés y las tensiones provocadas por situaciones difíciles como un duelo o una separación, y otras en las que tenemos que buscar en el pasado sentimientos reprimidos que pueden derivar, si no han sido resueltos a lo largo del tiempo, en una depresión. Los sentimientos reprimidos más susceptibles de generar una depresión más adelante son: la tristeza, la culpa, la frustración y la ira y por supuesto los sentimientos hacia uno mismo derivados de la baja autoestima. En estas ocasiones, para que la persona pueda superar la depresión es fundamental ser conscientes de que lo importante no es la situación objetiva sino la vivencia emocional de la persona.
Cuando los síntomas depresivos son más leves y mantenidos en el tiempo hablamos de distimia.
Algo que acompaña a la persona deprimida es la desesperanza, por lo que le resulta muy difícil llegar a confiar en que pueda volver a sentirse bien, pero con el tratamiento adecuado la depresión se supera y se puede volver a disfrutar de la vida.
METIDO POR MARIA ROMERO QUINTANA
